Publicado el 4 febrero, 2010 por bitacoradegalileo
Hoy toca redactar una explicación sobre el significado del “terminador lunar”. He buscado en internet, y no me satisfizo por completo nada de lo que encontré. Así es que acepto el reto de explicarlo yo mismo, con algún apoyo gráfico, que ayudará a entenderlo mejor.
Es bien conocido el hecho de que la Luna, ese bello astro que nos sirve de acompañante día y noche, aunque muchos piensen que es solamente nocturno, pues digo que todos saben que presenta fases. Quiere esto decir que la superficie que se nos ofrece iluminada por el Sol, pues ése es el origen de su brillo, cambia a cada día, e incluso a cada instante, observándose casi siempre (excepto con Luna Llena) una porción iluminada y otra oscura, separadas por una línea que marca la división entre el día y la noche selenitas: El terminador lunar. Esta línea, naturalmente, cambia constantemente su ubicación, y es el lugar donde la luz del Sol es rasante y un observador situado en la superficie del satélite en ese punto vería al astro rey sobre su horizonte. El terminador posee dos extremos, norte y sur, llamados cúspides.
Es importante notar, y en la fotografía se aprecia, cómo es a lo largo del terminador donde se manifiestan las sombras que nos delatan la profundidad de las paredes de los cráteres, así como la altura de las cadenas montañosas. Si observamos el Hemisferio Norte, veremos un cráter, justo arriba en el terminador, que es el gran cráter Platón (101 km de diámetro y paredes de 2400 metros de altura), más abajo Arquímedes (55 km y 1850 m), casi en penumbra, y luego una cadena montañosa, prácticamente recta, próxima al lugar de alunizaje de la misión Apolo XV, que recibe el nombre de Montes Apenninus, en recuerdo de su homónima cordillera italiana. Ésta acaba, en su extremo occidental, en el cráter Eratóstenes (60 km y 3150 m), vecino del gran Copérnico (90 km y 3900 m), “el señor de la Luna”, con su sistema radial de material eyectado en el momento del impacto. Pues bien, observamos cómo Copérnico recibe la luz del Sol mucho más perpendicular que los otros cráteres más cercanos al terminador, y no apreciamos bien su profundidad, a pesar de que ésta supera la mayor altura de España, el Monte Teide en la isla de Tenerife (3718 m sobre el nivel del mar).
El resto de la superficie lunar iluminada, más alejada de nuestra línea, se nos antoja prácticamente llana, sin serlo, por el efecto descrito de la perpendicularidad de los rayos solares y la ausencia de sombras.
Se comprende fácilmente que cuando la Luna está totalmente iluminada, en la fase de Luna Llena, no hay terminador, y no podemos aprovecharnos de esa inclinación de los rayos solares para una observación óptima. Es por eso por lo que los astrónomos, en contra de la creencia de la mayoría, evitan esta fase, pues sólo plantea problemas al observador. Si se quieren estudiar objetos de cielo profundo, la Luna llena funciona como un enorme foco instalado en el Cielo que te deslumbra e impide la visión de objetos con débil luminosidad, como son cúmulos estelares, nebulosas o galaxias distantes. Si lo que queremos es estudiar la Luna, la perpendicularidad de los rayos también dificulta enormemente el estudio, revelándose incluso necesaria la utilización de un filtro lunar (uno de color verde claro o amarillo será apropiado) que evite el daño que a nuestros ojos producirá una observación prolongada (La luz que refleja la Luna Llena es unas 12 veces superior a la que irradia en las fases de Cuarto Creciente o Menguante).
Conozco aficionados que guardan sus equipos astronómicos en este tipo de situaciones y sólo vuelven a usarlos cuando la Luna disminuye la intensidad de su brillo. Decididamente, estos amigos no son licántropos ni están enamorados, pues éstos sí aprecian el plenilunio.
Un par de definiciones ajenas a mí:
WIKIPEDIA: El terminador es la línea de separación entre la parte iluminada y la parte en sombra de un cuerpo celeste, es decir, la línea de separación entre el día y la noche.
Elcielodelmes.com: La zona que limita la luz y la sombra se denomina terminador.
Un último ejemplo para terminar:
Fotografía del sur lunar, una de las regiones más accidentadas. Al estar cerca el terminador, los cráteres se pueden ver con todo su esplendor.
En fin, esto es todo. No he querido hacer una exposición somera, larga, tediosa y con excesivos detalles técnicos, menos interesantes, ni tampoco un paseo demasiado superficial que no permitiera entender el significado e importancia del terminador lunar, ese aliado que tanto nos ayuda en la contemplación, estudio y disfrute de nuestro bello satélite. Espero que esta pequeña aportación sea de utilidad.
Que tengáis cielos despejados y felices observaciones.
Volver al principio del artículo.
Volver al principio de la bitácora.
Hola, soy Blanca la hija de Carmen.
Mi madre me enseñó esta página y me gustó mucho; cuando lleve el portátil a mi colegio le diré a mi profesora de Conocimiento que la visite. Bueno, besitos de mamá y míos.
Adios
:-)Cuando los jóvenes se interesan por la ciencia, y en particular por la Astronomía, sólo puede uno pensar: «Esto va bien». Tu intervención, tan cariñosa como alentadora, me hace pensar que todo esto está sirviendo para mucho. De verdad que te la agradezco. Y leyendo tu comentario, recordé un viejo tango de carnaval, de antes de tú nacer: «Hoy se puso por fin mi niña su primer traje de piconera…». Eres un encanto. Besos entrañables para ti y para tu mamá.
la verdad amigo, te felicito. Un abrazo.
Gracias, Nica. Siempre eres amable conmigo, y esta vez no fue una excepción. Un abrazo muy afectuoso.
1 | Carmen
8 febrero, 2010 at 23:44
Galileo, Soy demasiado básica en el manejo del lenguaje y de ahí mi carencia para poder expresar lo que siento, pero me gustaría hacerte llegar mi modesta y la vez sincera opinión sobre la magia que sentí al leer y ver el universo que generosamente nos ofreces en tu cuaderno de bitácoras. He leído dos veces tus comentarios, observaciones, fotografías, mitología…Y están tan amorosamente cuidadas que me he sentido astronáutica. Felicidades por tu delicado trabajo.
Gracias por haberme invitado a conocer tu Universo.
Un beso cósmico
bitacoradegalileo
9 febrero, 2010 at 00:22
El cariñoso contenido de tu comentario es un fortísimo motivo para que la bitácora redoble su dedicación a divulgar, en la medida de mis humildes posibilidades, el conocimiento astronómico, y a reclutar nuevos adeptos a esta apasionante e inagotable afición. Tu participación, en los términos en que tiene lugar, es recompensa decisiva que me anima a continuar en esta senda. Vuelve con frecuencia y sigue enriqueciéndome con tus opiniones, pues la página es tan vuestra como el resto del Universo, que a todos nos pertenece. Sorprendido gratamente por tu beso cósmico. No esperaba un premio tan valioso.