Anotaciones de observación astronómica elemental

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Mare Imbrium oriental: Cassini

Publicado el 23 enero, 2011 por bitacoradegalileo

Mare Imbrium (el Mar de las Lluvias) es una extensa cuenca de impacto que ocupa gran parte del cuadrante noroccidental de la cara visible de la Luna. El segundo mare más grande de todo el satélite, no es sin embargo el más célebre, honor que corresponde a Mare Tranquilitatis por la importancia histórica que supone haber sido el lugar donde alunizó la misión Apolo XI. Pero Mare Imbrium es sin duda el más interesante de todos, pues su contorno está lleno de notables accidentes, cráteres prominentes, cadenas montañosas y bellísimos parajes entre los que destaca Sinus Iridum, lugar donde las sombras del Promontorium Heraclides forman la Doncella Lunar, o el Gran Lago Negro que forma el cráter Platón y los Alpes Lunares, con el enigmático Vallis Alpes, formaciones rocosas como Montes Recti, Montes Tenerífe o Mons Pico, que completan el paisaje del norte. Al oeste no tiene claramente definidos sus límites, pero algo más allá, ya en Oceanus Procellarum, encontramos a Aristarco, el Faro de la Luna, con su curiosa meseta y la espectacular fisura que forma Vallis Schröteri, la cobra de la Luna. Al sur, los montes Cárpatos separan al mare del gran Copérnico, el Señor de la Luna que, con su destacado sistema de rayos, es posiblemente el cráter más conocido de toda la superficie selenita. Todos estos lugares han sido visitados, en uno u otro momento, por diferentes artículos de La bitácora de Galileo y el lector puede volver sobre ellos pulsando sobre los enlaces que figuran en color azul.

Es obvio, sin embargo, que el recorrido por los aledaños de Mare Imbrium no está completo: Nos falta visitar la vertiente este, donde encontraremos también, para variar, curiosos accidentes en forma de circos de distinta procedencia, así como enormes cordilleras montañosas, con altitudes insospechadas en un astro que, prima facie, y a ojo desnudo, parece totalmente llano. Me propongo, con esta entrega, cerrar el círculo de los cuatro puntos cardinales en el más hermoso de todos los maria que existen en la Luna, y que también ostenta para mi gusto el nombre más atractivo: El Mar de las Lluvias. Serán Cassini, Theatetus y el conjunto de los tres cráteres conocidos como El Triple A, junto con los Montes Cáucaso y los Apeninos, y el final de los Alpes, con el Promontorium Agassiz, los accidentes que más llamarán nuestra atención. Pero vayamos con más calma, no sea que convirtamos el artículo en una competición de velocidad.

A la derecha de Cassini, Mare Imbrium encuentra su límite oriental en los Montes Cáucaso, una cordillera de 550 kilómetros con alturas que superan los 6.000 metros. Esta formación separa la región de Mare Serenitatis, y se extiende en dirección norte-sur, para continuar, tras una breve discontinuidad a la altura del cráter Autolycus que permite el paso entre ambas cuencas, con los Apeninos lunares, que con alturas superiores a 5.000 metros se extienden a lo largo de 600 kilómetros hacia el suroeste. Ambas cordilleras se formaron en el momento en que el impacto del fenomenal meteorito formó la cuenca de Mare Imbrium, hace unos 3.850 millones de años.

Todavía cercan a Cassini otras dos notables formaciones rocosas; se trata del Promontorium Agassiz y el Mons Piton. El primero de ellos es el extremo sur de la cordillera de los Alpes Lunares que, al noroeste de Cassini, forma un impresionante precipicio que se eleva unos 2.270 metros sobre la superficie de Mare Imbrium. El solitario Mons Piton se sitúa justo al oeste, y proyecta sus largas sombras sobre el mare gracias a sus 3.000 metros de altura, sobre todo con luz rasante.

La zona es bastante rica en cráteres y circos interesantes, a pesar del reducido espacio que tratamos. Rendiremos visita a los más notables, y trataré de presentárselos.

El más interesante de todos, aunque no el más grande, es Cassini. Es un cráter de impacto, de 57 kilómetros de diámetro, aunque si tenemos en cuenta sus murallas exteriores mide hasta 88 kilómetros. Sus coordenadas, próximas a los 40º N y 5º E, equivaldrían a la situación en la Tierra de la isla de Menorca, en el archipiélago de las Baleares, así es que resulta fácil su localización 7 días después de la Luna nueva, al amanecer en la zona, o tras 7 de la Luna llena, cuando anochece. El cráter parece que se formó al tiempo que Mare Imbrium, así es que tiene una antigüedad entre 3.700 y 3.900 millones de años, pues está inundado por el basalto que en forma de lava también originó el piso del mare. El contorno es circular, con paredes delgadas y no demasiado elevadas: unos 1.200 metros, como altura media, y en algunas zonas presenta murallas dobles y hasta triples, que se ensanchan hacia fuera. El interior es liso, aunque jalonado por diferentes cráteres de impactos, posteriores a la creación del propio Cassini, entre los que destacan especialmente dos: En el noreste encontramos a Cassini A, de 15 kilómetros, del que parte una cadena montañosa en dirección sureste, aunque siempre en el interior de Cassini. En el suroeste está Cassini B, algo más pequeño, de 9 kilómetros y al noroeste, ya fuera de Cassini en dirección a Agassiz, Cassini M, de 8 km.

Ya abandonando Cassini, y en dirección sureste, hay una zona llamada Palus Nebularum (Laguna de las Nubes), donde encontramos a Theaetetus, un cráter de 25 kilómetros de diámetro, pero bastante profundo: 2.500 metros.

Si continuamos nuestro viaje hacia el suroeste, encontraremos un grupo de tres cráteres, cuyos nombres comienzan por la letra A: Arquímedes, Aristillus y Autolycus. Por esta razón, al conjunto se le conoce como El Triple A. El primero de ellos es el mayor de los tres, y también el más grande de la región:

Arquímedes es un extenso circo, de 83 kilómetros de diámetro, cuyo origen es volcánico y no meteórico. La actividad volcánica en la Luna fue breve pero intensa, como lo demuestran las extensas regiones inundadas por el basalto procedente de la lava de los volcanes, pero ya está extinguida. Arquímedes presenta un piso bastante llano y regular, aunque con múltiples alfilerazos producidos posteriormente por el bombardeo de meteoritos. Las paredes, de unos 2.100 metros de altura, son bastante regulares, aunque de aspecto pedregoso, y con una peculiaridad: se aterrazan hacia el exterior, y no hacia dentro como estamos acostumbrados a ver (véase Tycho, por ejemplo). Hacia el sur, y partiendo de las mismas murallas del cráter, se extienden los Montes Arquímedes.

Autolycus es el menor de los tres integrantes del Triple A. Es un cráter que tiene un perímetro muy regular y algún pequeño cratercillo en su interior. Aristillus, sin embargo, es mucho más interesante, pues se alza sobre una colina y sus paredes, de 3.800 metros, resultan abismales. En su centro se distinguen hasta siete picos, en forma circular, visibles sobre todo al octavo día de lunación.

Epónimos

Los Montes del Cáucaso son una cadena montañosa que dividen a Europa de Asia, y se extiende por territorios de la Federación Rusa, Georgia, Armenia y Azerbaiyán.
Los Apeninos son la mayor cadena montañosa de la Península Itálica.
Promontorium Agassiz tiene ese nombre en honor de Jean Louis Rodolphe Agassiz, zoólogo y geólogo suizo-norteamericano del siglo XIX, descubridor de la edad del hielo en la Tierra, y que se opuso durante toda su vida a la teoría de Darwin.
El nombre del cráter Cassini hace honor a dos astrónomos: El italo-francés Giovanni Cassini, autor de la famosa Doncella en Sinus Iridum, y el francés Jacques Cassini, ambos nacidos en el siglo XVII y desaparecidos el XVIII.
Arquímedes es el matemático griego, nacido en Siracusa, que enunció su famoso Principio de Arquímedes. Vivió durante el siglo III antes de Jesucristo.
Theaetetus, Autolycus y Aristillus fueron también matemáticos y astrónomos griegos que vivieron en los siglos III y IV antes de Cristo.

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Hay 10 respuestas para "Mare Imbrium oriental: Cassini"

Como siempre,,,,, interesantísimo,,,,un beso gracias por compartir, o más bien enseñarnos cosas que desconocemos

Este comentario es para mí un regalo y una sorpresa, pues ya hacía tiempo que no se la veía por la bitácora, querida Linda.
Sea bienvenida de nuevo, pues, y muchas gracias por su intervención. Muchos besos.

Muy completo como siempre amigo galileo! solo una pregunta, quien y por que les escojio estos nombre a los lugares de la luna, y en que idioma se encuentran? Mas bien en que idioma por que los nombres parecen adecuados. Gracias

Mare Imbrium y Cassini fueron adoptados como nombres para estos accidentes en 1.935 por la Unión Astronómica Internacional, que es el organismo encargado de la nomenclatura en materia astronómica. Generalmente, se adoptan nombres de astrónomos, científicos en general y pensadores de todas las épocas, que hayan tenido o tengan un especial reconocimiento, pero también encontramos cráteres con el nombre de escritores (Julio Verne) o personajes mitológicos (Atlas o Hércules), reyes (Alphonsus, en honor de Alfonso X el Sabio) e incluso santas (Catharina, por Catalina de Alejandría). Para las cadenas montañosas se adoptan homónimos terrestres (Cáucaso, Cárpatos, Apeninos, Alpes o Pirineos), y para las tierras bajas suelen emplearse términos referentes a fenómenos meteorológicos (lluvias, tormentas, nubes) e incluso estados de ánimo (serenidad, tranquilidad). Se prefiere el latín como idioma, pues así los accidentes lunares serán reconocibles en todos los lugares. Mare Imbrium, por ejemplo, es conocido por todos los aficionados, hablen el idioma que hablen, pero no sus equivalentes en español (Mar de las Lluvias) o en inglés (Sea of Rains).
Amigo Ángel, un placer como siempre, y un abrazo.

me encanta la luna, para mi es una gran desconocida q siempre esta ahi y nos acompaña con su luz en nuestras noches oscuras. la luna esta muy cerca de nosotros y como estamos tan acostumbrados a verla pues no apreciamos tanto su belleza, pero para mi es realmente bella. y con tu articulo querido Galileo he aprendido un pokito mas de ella. muchas gracias amigo Galileo

Además, no ofrece dificultades para su observación, pues ni siquiera la contaminación lumínica de las ciudades vence a su intenso brillo. Su única enemiga en ella misma, cuando está totalmente llena, pues nos deslumbra e impide verla, o cuando se sitúa junto al Sol en la fase de Luna nueva. Particularmente atractiva resulta la fase de Cuarto menguante, en la que efectúa su orto por el este de madrugada, y es posible verla por las mañanas sobre el horizonte del oeste, desafiando a la luz del día.
Muchas gracias a ti, Namobu, y muchos besos.

Hola Amigo Galileo.
Muy buen articulo, yo sabia que había cráter y mare en la luna, pero no tantos y tan interesantes, también los nombres son muy atractivo como la doncella de luna, el mar de la lluvia, faro de la luna entre otros, todo un placer.
Gracia por las fotos.

La riqueza y variedad de los paisajes lunares es inagotable, querida Cari, efectivamente. Cuando se asoma uno al ocular del telescopio, siempre descubre detalles que la vez anterior pasaron desapercibidos, pues la distinta inclinación de los rayos solares ofrece juegos de luces y sombras que hacen parecen al lugar otro distinto. Es muy gratificante, realmente.
Las fotografías, un placer; y tu comentario, un regalo para todos. Un beso.

aunque no te haya dejado comentario ya hace dias que lei tu articulo sobre la luna,super interesante como siempre,enseñandome muchas cosas que desconocia sobre ella.»me encanta la luna».no hay poeta que se precie que no le haya dedicado un poema…..
Alta va la luna,bajo corre el viento!mis largas miradas explorando el cielo!.
hasta el proximo…besitos..

«…Luna sobre el agua, Luna bajo el viento.» Esto sí que es un lujo, querida amiga… ¡García Lorca en la bitácora de Galileo!.
Gracias, Anita, por traernos este delicioso fragmento del poeta granadino, como siempre sensible a las cosas bellas del Universo.
Muchos besos, y hasta pronto.

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