Anotaciones de observación astronómica elemental

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M20, la Nebulosa Trífida

Publicado el 26 julio, 2011 por bitacoradegalileo

Aunque situada en una zona del cielo donde abundan los objetos de una belleza inusual, pocas veces tendremos ocasión de toparnos con uno con el delicioso aspecto de la Nebulosa Trífida, así llamada por sus tres líneas oscuras que la dividen en sendas porciones, ofreciéndonos un espectáculo de colores único en la noche. Es una jovencísima nube de polvo y gas surcada por regiones oscuras, pero que se ilumina por estrellas muy calientes, que son capaces de excitar al material que la circunda hasta ionizarlo; una región HII de formación estelar, jets o chorros de energía, glóbulos gaseosos en evaporación (los llamados EGGs), radiaciones y todo un reparto de fenómenos sorprendentes, a miles de años-luz de nuestra posición, en la más joven factoría de estrellas que conocemos.

La Constelación de Sagitario, donde se sitúa nuestro objeto, es una de las más destacadas de todo el cielo, pues es en este lugar donde ubicamos el centro galáctico, y por eso la Vía Láctea alcanza aquí su mayor densidad, y un buen número de objetos de cielo profundo se citan en una concentración de cúmulos y nebulosas sin parangón en ninguna otra zona del firmamento. Hasta 15 objetos pertenecientes al Catálogo Messier se apelotonan en Sagitario, como el cúmulo globular M22, conocido como Gran Cúmulo de Sagitario, la Nebulosa de la Laguna (M8) o la Nebulosa Omega (M17), junto a campos estelares y diversos cúmulos abiertos, entre los que citaré a M21 (en la fotografía junto a la Nebulosa Trífida) y M25.

El famoso asterismo de La Tetera, formado por sus ocho estrellas más notables, facilita su localización e identificación sin mayores problemas en el verano septentrional cuando efectúa su tránsito por el sur, inmediatamente después de la también notabilísima constelación de Escorpio.

Es en este escenario donde podremos asistir complacidos a la espectacular visión de M20, la Nebulosa Trífida, unos 8º al norte de Gamma Sagitarii (el pico de la Tetera), llamada Nasl, y muy cerca de la más brillante Nebulosa de la Laguna (M8).

Parece ser que fue el astrónomo francés Guillaume Le Gentil quien primero la avistó, pues tuvo forzosamente que observarla cuando descubrió en 1.747 la Nebulosa de la Laguna, M8, pero no la describió. Sí lo hizo, el 5 de junio de 1.764 Charles Messier, pero sólo observó el pequeño cúmulo de unas 45 estrellas, cerca del centro, sin hacer mención de la nebulosa:

«Amas d’étoiles, un peu au-dessus de l’Écliptique, entre l’arc du Sagittaire & le pied droit d’Ophiucus. Revue le 21 Mars 1781.» «Cúmulo de estrellas, un poco por encima de la Eclíptica, entre el arco de Sagitario y el pie derecho de Ophiuco. Revisada el 21 de Marzo de 1781.»

Fue William Herschel (el descubridor de Urano) quien anotó las bandas oscuras, diferenciando y catalogando cuatro objetos distintos dentro de la nebulosa. Su hijo John la bautizó como Trífida en sus observaciones desde el Cabo de Buena Esperanza.

No hay acuerdo respecto a la distancia que nos separa de M20, oscilando las fuentes consultadas entre 2.200 y 7.600 años-luz, aunque muchos aceptan la cifra de 5.000 años-luz como la más probable. Su magnitud aparente es de alrededor de +6.5.

La nebulosa de emisión muestra un color rojo, consecuencia de la excitación producida por el cúmulo de estrellas del centro, y está rodeada por otra de reflexión, de color azul, más notable en la región norte.

La estrella más caliente, en el centro, es una jovencísima gigante azul, de tipo espectral O5 u O6, y sólo unos 300.000 años de antigüedad, lo que convierte a la nebulosa en la más joven región de formación estelar entre todas las conocidas. Ésta es la principal excitatriz de la nebulosa, y es un sistema triple, cuyas componentes tienen magnitudes respectivas de +7.6, +10.7 y +8.7.

La radiación de las estrellas centrales es la causa de la formación de chorros de luz (jets) en las regiones más alejadas del centro, como el que aparece en la esquina inferior izquierda, y que vemos detallado en la siguiente fotografía captada por el Telescopio Espacial Hubble.

Esta región dista del centro unos 8 años-luz, que es la distancia aproximada entre el Sol y Sirio. El tamaño de la nebulosa puede compararse a la distancia que media entre nosotros y la estrella Vega. La formación de aspecto filamentoso que apunta hacia la esquina superior izquierda es una consecuencia de los vientos producidos al formarse las nuevas estrellas, en el cercano EGG, siglas inglesas para los Glóbulos Gaseosos en Evaporación, y que juegan con el doble sentido del significado de este término (egg = huevo), pues se trata de una incubadora de estrellas embrionarias. Chorros de materia expulsados por esta intensa actividad se aprecian en las inmediaciones, abandonando la región a muy altas temperaturas (superiores a las que se registran en la superficie de nuestro Sol).

En la actualidad, la formación de estrellas parece haber cesado en la zona central de la nebulosa, pero no en las regiones más alejadas. En el año 2.005, el Telescopio Espacial Spitzer, observando en el infrarrojo, detectó hasta 120 estrellas recién nacidas, amén de otras 30 en estado embrionario. Estas estrellas no aparecen en luz visible.

Visualmente, sin embargo, la Nebulosa Trífida no se muestra tan espectacular, ni mucho menos. Son necesarios cielos muy oscuros y suficiente abertura para poder discernir las bandas oscuras, aunque en fotografías de larga exposición se logrará con menos dificultad. Usando unos binoculares de mediana potencia, aparece como una mancha circular nubosa, pero sin más detalles. Con telescopios de 5 pulgadas en adelante, ya pueden apreciarse las distintas luminosidades que ofrece, y es con aparatos de 8 pulgadas cuando empieza a verse con mucho más detalle.

Como su declinación no es excesivamente austral (-23º), M20 puede verse desde la mayor parte de las zonas habitadas de nuestro planeta. No aparece en latitudes más allá de +67º, así es que en algunas regiones de Canadá y Norte de Europa nunca supera la línea del horizonte. Desde Estados Unidos y Europa Central se ve muy baja, y en cambio en el Hemisferio Sur aparece sin problemas, alcanzando el cénit ya en el Trópico de Capricornio. A partir de -67º es circumpolar sur, lo que quiere decir que nunca se esconde bajo el horizonte. Los mejores meses para su contemplación al anochecer son entre junio y octubre.

La proximidad de M8, la Nebulosa de la Laguna, permite obtener fotografías en las que se incluye ambos objetos, pero también a M21, el cúmulo abierto situado a sólo medio grado de distancia. Además, la Eclíptica (la órbita que describen todos los planetas) se localiza también a menos de un grado, así es que son frecuentes las apariciones por la región de diversos planetas.

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