Publicado el 9 julio, 2011 por bitacoradegalileo
Situado en la Constelación del Centauro, el sistema estelar de Alpha Centauri es el más cercano a nuestro Sistema Solar. Todas las demás estrellas están a mayor distancia. Esta particularidad, por sí sola, la hace muy interesante, pero además concurren otras circunstancias que la convierten en una de las más atrayentes del cielo nocturno. Resulta ser, en su conjunto, la tercera estrella más brillante de todas, y junto con Hadar (Beta Centauri), las dos en la imagen de la derecha, es una muy importante y útil referencia para la localización de la Cruz del Sur. Además, y como se trata de una estrella triple, Alpha Centauri A, la componente principal, se constituye en una buena candidata para la búsqueda de planetas del mismo tipo que la Tierra, capaces de albergar vida en la forma en que la conocemos en caso de que existan.
La Constelación del Centauro es una de las más extensas y conocidas del cielo. Con una declinación claramente meridional, que la hace pertenecer casi en exclusiva a los cielos australes, contiene destacados objetos de cielo profundo, entre los que hay que destacar el cúmulo globular Omega Centauri, que es el más notable de la Vía Láctea entre los de su clase, y la galaxia lenticular gigante Centauro A (en la fotografía de la izquierda), que es además una importante fuente de radiación. Sus dos principales estrellas son Alpha Centauri, llamada Tolimán, y Beta Centauri, también conocida como Hadar. No son visibles desde Europa, y sólo pueden admirarse desde latitudes más al sur del paralelo +30º, a pesar de lo cual Alpha Centauri es una de las estrellas más famosas del cielo, rivalizando con Sirio y la Estrella Polar.
Su posición es tan decididamente austral que incluso los residentes en Wellington, Camberra, Johannesburgo, Buenos Aires o Santiago de Chile también tienen que mirar hacia el sur para encontrarlas. Algo parecido a lo que ocurre con la Osa Mayor en el Hemisferio Norte.
Las dos estrellas, Alpha y Beta Centauri, son llamadas las apuntadoras de la Cruz del Sur, porque uniendo ambas con una imaginaria línea recta, y prolongándola hacia el oeste, llegaremos a la estrella Gamma de Crux, Rubídea. Es éste un recurso ampliamente utilizado no sólo para la localización de esta importante constelación, sino también para evitar confundirla con la llamada Falsa Cruz, que se encuentra más al oeste, entre las constelaciones de Vela y Carina.
Alpha Centauri recibe también otros nombres alternativos, como Rigel Centaurus o Rigil Kentaurus (el Pie del Centauro), y con menos frecuencia el de Toliman. Considerada desde la Antigüedad como una sola estrella, su magnitud conjunta de -0.27 la erige como la tercera más brillante del cielo nocturno, sólo superada por Sirio y Canopus. Hoy sabemos, sin embargo, que Arturo la supera, si consideramos el brillo de sus componentes individuales.
Es, claramente, la estrella más cercana al Sol, aunque su distancia esté en torno a los 40 billones (un 4 seguido por 13 ceros) de kilómetros, unos 4.35 años-luz. La tercera componente, no obstante, se encuentra algo más cercana, pues orbita a las otras dos y ahora se sitúa a unos 4.22 años-luz. Es llamada por eso Próxima Centauri. Ésta sí es, sin excepciones ni matices, la estrella que está más cerca de nuestro Sol.
El primero en avistar la duplicidad de Alpha Centauri fue el Padre Richaud de Pondichery quien, en el año 1.689 pudo observar a la segunda componente desde la India, cuando estudiaba la trayectoria de un cometa. La tercera componente, llamada Próxima Centauri, no fue descubiera hasta el año 1.915, cuando el astrónomo británico Robert Thornburn Innes la avistó desde Suráfrica.
Es interesante anotar la posición del Sol cuando se observa desde aquellos lares. Nuestra estrella aparece como una brillante componente de la Constelación de Casiopea, con magnitud visual de +0.5. En cambio, desde Próxima, sus compañeras A y B se proyectan sobre la Constelación de Hércules, muy cercanas a M13, el Gran Cúmulo de Hércules.
La componente principal del sistema, Alpha Centauri A (magnitud visual -0.01), es una enana amarilla de tipo espectral G2V, el mismo que el del Sol, y con un extraordinario parecido a nuestra estrella, no sólo en cuanto al color, sino también por su tamaño (radio = 1.23 veces el del Sol), su masa (un 10 % mayor) y su temperatura (entre 5.790 y 5.850 ºK, frente a los 5.780 del Sol). Tampoco su luminosidad es excesivamente mayor: sólo una vez y media más que la de nuestra estrella. Enseguida veremos la importancia que todo esto tiene.
Separada por sólo 23 Unidades Astronómicas de la anterior, un poco más de la distancia entre Urano y el Sol, Alpha Centauri B es una enana anaranjada (tipo espectral K1V) de magnitud visual +1.35, algo más pequeña, menos masiva y más fría (entre 5.260 y 5.320 ºK) que el Sol. Las dos estrellas, A y B, orbitan entre sí con un periodo de 80 años. Individualmente considerada, es la estrella número 21 en el orden de brillo entre todas las existentes. Tiene, en cambio, sólo un 50 % de la luminosidad solar.
Alpha Centauri C, más conocida como Próxima Centauri, o simplemente Próxima, está mucho más separada, y es la más tenue y fría de las tres. Ni siquiera es seguro que esté ligada a las otras dos gravitacionalmente. En el caso en que sí lo estuviera, su órbita habrá de tener una duración superior al medio millón de años, probablemente un millón. En estos momentos transita por un lugar más cercano al Sistema Solar que las otras dos. Es una enana roja, tipo espectral M5V, cuya masa es una octava parte la del Sol y su radio la séptima parte, lo que unido a su baja temperatura de 3.040 ºK la hacen brillar con undécima magnitud, y se necesitan potentes telescopios para avistarla, a pesar de ser la más cercana entre los millones y millones de estrellas de la Galaxia. Desde A y B, Próxima brilla con 5ª magnitud, apenas visible para el ojo humano.
La rara similitud entre el Sol y Alpha Centauri A, ya apuntada más arriba, ha disparado las especulaciones sobre la posibilidada de que esta estrella pudiera tener planetas tipo terrestre en su zona de habitabilidad, capaces por lo tanto de albergar algún tipo de vida, incluso inteligente. En efecto, las propiedades de la estrella parecen permitirlo, y por eso los investigadores se afanan en la búsqueda de algún astro de ese tipo, que habría de situarse a un máximo de 2 UA (Unidades Astronómicas, la distancia media Tierra-Sol), pues B llega a acercarse a 11 UA. Dentro de esos límites están, con respecto al Sol, cuatro planetas: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte, cuya distancia al Sol es de sólo 1.5 UA.
El descubrimiento en el año 2.001 de que Alpha Centauri A sufre pulsaciones cada 7 minutos, no disminuye un ápice tal posibilidad, en orden a la estabilidad térmica de la estrella, pues el Sol también experimenta tales variaciones, y lo hace con sólo 5 minutos de periodo. La pequeña diferencia en cuanto a la temperatura, tampoco sería un inconveniente, si el planeta «candidato» se situara a unas 1.25 UA de la estrella. Además. Alpha Centauri A tiene una edad adecuada (es algo más vieja que el Sol), lo que le ha permitido contar en su composición química con la suficiente cantidad de elementos más pesados que el helio (que los astrónomos llaman metales), como para dar el sí a esta ilusionante posibilidad. Incluso Alpha Centauri B tiene alguna oportunidad, pero… ¡cuidado!, sólo es una posibilidad. Aún no sabemos si realmente desde allí nos está mirando alguien.
Mitología
Los centauros eran criaturas mitológicas, mitad hombre mitad caballo, con fama de huraños y violentos. Eran considerados inhóspitos e ignorantes, salvajes y nada amantes de las artes. Pero hay una excepción honrosa en la figura de Quirón, un centauro amable, sensible y de buen carácter, amante de la música y la poesía, que educó en éstas y en otras disciplinas a Aquiles, Heracles (Hércules), Jasón y Teseo, entre otros. La imagen de la derecha es una pintura del artista flamenco Pedro Pablo Rubens.
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