Anotaciones de observación astronómica elemental

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La Constelación de Canis Major

Publicado el 30 diciembre, 2010 por bitacoradegalileo

Por diversas y poderosas razones, Canis Major ocupa un lugar preferente entre las 88 constelaciones catalogadas por la IAU (Unión Astronómica Internacional). Figuraba ya en la lista de las 48 constelaciones clásicas de Ptolomeo, y representa a uno de los perros (el otro es Canis Minor) que siguen al gran cazador, el Gigante Orión. Cuando se contempla en el cielo de enero, ahí arriba, dan ganas de alargar la mano y acariciar tanta inmensidad, tanta belleza, como si fuera una cariñosa mascota de ojos luminosos, y aliviar con su tacto el frío del invierno boreal. Para empezar, bastaría con decir que contiene a la estrella más brillante desde nuestra posición (Sirio), que incluso rivaliza en brillantez con los planetas más notorios, y a la mayor estrella que se conoce (VY Canis Majoris), que comparada con nuestro Sol resulta ser de un tamaño inconcebible, por no hablar de las 88 estrellas de magnitud inferior a +6, y que están por tanto en el límite de la visibilidad sin aparatos, bajo buenas condiciones del cielo, una cantidad de estrellas inusual en una porción del cielo tan reducida. Un precioso cúmulo estelar (M41), cuya visión resulta tan delicada que muy bien pudiera servir como el más hermoso adorno para el día de navidad (escribo a media tarde del 25 de diciembre de 2010), junto a otros brillantes cúmulos galácticos, e interesantes nebulosas con formas que hacen volar nuestra imaginación, como la de la Gaviota y la del Pato (ambas en la imagen de la izquierda), también conocida como el Casco de Thor, son ejemplos del innegable interés de esta apasionante región del cielo y revelan la cercanía de la Vía Láctea, que cruza la constelación por el nordeste. Además, contiene a la Galaxia enana Canis Major, que alberga a mil millones de estrellas y es la más cercana a nuestra Vía Láctea, por quien parece estar siendo deglutida, en una sorprendente escena de canibalismo galáctico.

De tamaño más bien pequeño (es la número 43 en extensión, con 380 grados cuadrados), se sitúa en el Hemisferio Sur, aunque su declinación de -20º, cerca del ecuador celeste, permite ser avistada hasta regiones de latitud +60º, siendo visible, como es natural, en la totalidad del Hemisferio Austral. Desde el mes de noviembre, y hasta marzo, puede contemplarse en el Hemisferio Norte, y desde Octubre a mayo en el Sur.

Situada al sur de Monoceros (el Unicornio), limita al oeste con Lepus (la Liebre), a la que parece perseguir, y con Columba (la Paloma), que también se sitúa al suroeste. Puppis (la Popa) la rodea por el sureste y el este. La relativa tenuidad de las estrellas de estas constelaciones con respecto a Canis Major, contribuye aún más a la notoriedad de esta ya de por sí fascinante constelación.

De izquierda a derecha, Canis Major con Sirio, Orión, Aldebarán con las Hyades, y Venus junto a las Pléyades

Como Sirio, la principal estrella de Canis Major, es también la más brillante de todo el cielo nocturno, su localización no ofrece mayores dificultades. Sólo hay un problema, que puede afectar al observador menos avezado, y es la posibilidad de confundirla con algún planeta, en particular con Júpiter o Venus, pues éstos suelen alcanzar un brillo muy notable, superior incluso al de Sirio. Para evitarlo, sólo fíjese en la forma en que el astro brilla (pulse sobre la imagen), y recuerde que los planetas lo hacen de una forma constante, mientras las estrellas titilan, brillan de forma parpadeante.

Pero disponemos de más recursos para llevar a buen término su correcta identificación. Sólo con localizar el Cinturón de la cercana Constelación de Orión, popularmente conocido como Las Tres Marías, y prolongando hacia el sureste la línea imaginaria que une a las tres estrellas, llegaremos a Sirio sin ningún problema.

También se puede localizar a Sirio con ayuda de otras estrellas (véase El Cielo del Invierno), en particular del conocido Triángulo de Invierno, que Sirio conforma junto a Betelgeuse (la supergigante roja de Orión) y Procyon (la principal estrella de Canis Minor).

Los lectores que residan en el Hemisferio Sur deben tener en cuenta que su visión diferirá de la boreal en cuanto a su orientación, pues la esfericidad de la Tierra hace que observen el asterismo invertido, como se aprecia en la fotografía superior, del VLT (Very Large Telescope) de la Agencia Espacial Europea, en el desierto chileno de Atacama.

En el siguiente cuadro indico la hora en que Sirio efectúa el tránsito por el punto más alto (en el sur para el Hemisferio Norte, en el norte para el Austral), durante cada uno de los cinco domingos de este próximo mes de enero, para las ciudades de Cádiz, Buenos Aires y México, en sus respectivos horarios locales:

Día Cádiz Buenos Aires México D.F.
2 01:24 00:54 00:37
9 00:57 00:27 00:09
16 00:29 23:59 23:42
23 00:02 23:31 23:14
30 23:34 23:04 22:47

Una vez que se ha localizado a Sirio, la identificación del resto de las estrellas de la constelación resultará tarea fácil, e incluso al sur de Sirio podrán localizarse numerosos campos de estrellas, debido a la presencia de la Vía Láctea. Si la oscuridad es suficiente, podrán distinguirse a simple vista.

Estrellas principales

Sirio (Alpha Canis Majoris o α CMa) es la principal estrella de la constelación, y la más brillante de todo el cielo nocturno. Su visión en el cielo del invierno boreal resulta espectacular, a pesar de no ser un cuerpo extraordinario, pues su radio sólo es 1.5 el del Sol, y su masa 3.5 veces mayor que la de nuestra estrella. Pero su relativa proximidad al Sistema Solar, de tan sólo 8.6 años-luz, la quinta estrella más cercana a la nuestra, le confiere un brillo muy superior al de las demás estrellas nocturnas. En una ocasión, quise comprobar hasta dónde el brillo de la estrella aguantaba la luminosidad de la mañana, y tuve que rendirme cuando el reloj marcaba las 9:20 de la mañana, ya con el Sol sobre el horizonte desde hacía un buen rato, y Sirio seguía en el centro de mi ocular.

Su magnitud visual de -1.46 le permite rivalizar con Júpiter y a veces incluso con Venus, siendo de muy fácil localización al sureste del Cinturón de Orión, siguiendo la línea marcada por éste, como ya se apuntó más arriba. Es una estrella blanca, con ligero matiz azulado, de tipo espectral A1V, una estrella enana de la secuencia principal que tiene una temperatura superficial del orden de los 10.000 ºK.

No quiero extenderme demasiado en el análisis de esta estrella, pues mi intención es dedicarle un monográfico. Pero es de resaltar su naturaleza binaria. Efectivamente, en 1.844 Friedrich Bessel estudió detenidamente las alteraciones en el movimiento propio de la estrella, y dedujo la presencia de una compañera física, que A.G. Clark descubrió en 1.862 con su telescopio refractor de 18». Sirio B, que así se llama, y que en la fotografía del Hubble aparece abajo a la izquierda de Sirio A, es una débil estrella de +8.5 de magnitud visual, que hubiera sido visible fácilmente a no ser por el deslumbrante brillo de su acompañante. Sirio A es conocida como la Estrella Perro, y Sirio B como El Cachorro. Veamos las principales características de Sirio A:

Sirio
Constelación Canis Major
Tipo espectral A1V
Clase Secuencia principal
Color Blanca
Magnitud Visual -1.46
Distancia 8.6 años-luz
Radio 1.5 soles

Adhara (Epsilon Canis Majoris o ε CMa), con una magnitud visual de +1.51 es la segunda estrella más brillante de la constelación y es también un sistema doble. Se trata de una supergigante azul, de espectro B2I, 15.000 veces más luminosa que el Sol, pero que está situada a 405 años-luz. Sin embargo, si estuviera en el lugar de Sirio, brillaría con una magnitud de -7, equivalente a la Luna en su tercer día, cuando el terminador se sitúa en la orilla occidental de Mare Crisium. Siete veces más brillante que Venus. En tiempos muy remotos (hace casi 5 millones de años) estaba mucho más cerca, a unos 37 años-luz, y brillaba con magnitud -4. Su acompañante es una estrella de la secuencia principal de +7.4 de magnitud visual. Resumamos a continuación algunos datos relevantes sobre Adhara:

Adhara
Constelación Canis Major
Tipo espectral B2I
Clase Supergigante
Color Azul
Magnitud Visual +1.51
Distancia 405 años-luz
Radio 10.4 soles

La tercera estrella más brillante de Canis Major es Wezen (Delta Canis Majoris o δ CMa), de magnitud +1.83. Es una jovencísima estrella, de sólo unos 10 millones de años situada a una incierta distancia de 1.790 años-luz. De color blanco-amarillento, es un astro muy masivo, equivalente a 17 soles, lo que hace que agote su combustible muy rápidamente, y en sólo unos centenares de miles de años explotará como supernova. Con un diámetro de 200 veces el de nuestra estrella, tiene una luminosidad equivalente a la de 50.000 soles. Un resumen:

Wezen
Constelación Canis Major
Tipo espectral F8I
Clase Supergigante
Color Blanco-amarillenta
Magnitud Visual +1.83
Distancia 1.790 años-luz
Radio 200 soles

Murzim o Mirzam (Beta Canis Majoris o β CMa) es la cuarta estrella más brillante de la constelación, con magnitud variable entre +1.95 y +2.00. Su nombre significa «El Heraldo», y es una alusión a la próxima aparición de Sirio tras de ella, unos 18 minutos después. Está a una temperatura superficial de 26.000 ºK y es 34.000 veces más luminosa que el Sol. Algunos de sus datos:

Murzim / Mirzam
Constelación Canis Major
Tipo espectral B1II
Clase Gigante
Color Azul
Magnitud Visual +1.95/+2.00 var.
Distancia 500 años-luz
Radio 12 soles

En este esquema comparativo, a la izquierda de VY Canis Majoris está representado el Sol. Sí, sí que está, pulse sobre la imagen y cuando se abra vuelva a pulsar.

VY Canis Majoris es la estrella más grande que se conoce. Situada a unos 5.000 años-luz de distancia, la estrella se estima que tiene entre 1.700 y 2.100 veces el diámetro del Sol. Situada en el lugar de éste, alcanzaría la órbita de Saturno y contendría en su interior las de Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, el cinturón de asteroides y Júpiter. Si pudiéramos reducir la Tierra hasta el tamaño de un centímetro, VY Canis Majoris resultaría tener 2.3 kilómetros de diámetro. Recibe también la denominación HIP 3693, que es su numeración en el Catálogo Hiparcos.

Una densa nebulosa la rodea y esta circunstancia puede ser la responsable de las variaciones que muestra en su brillo, desde +7.6 a +9.0, y dependiendo de éste, podrá ser visible con binoculares, o necesitarse telescopios para su observación. Esta nube que rodea a la estrella está compuesta por polvo y otros materiales expulsados por ella misma.

VY Canis Majoris
Constelación Canis Major
Tipo espectral M3-5V
Clase Hipergigante
Color Roja
Magnitud Visual +7.6/+9.0 var.
Distancia 5.000 años-luz
Radio 1.700/2.100 soles (incierto)

Objetos de Cielo Profundo

Como la Constelación de Canis Major está surcada por el Brazo de Orión de la Vía Láctea, sobre todo en su sector oriental, encontramos numerosos campos ricos en estrellas. Uno de ellos, M41, el único objeto de la región que Messier anotó en su catálogo, es un precioso cúmulo estelar:

Descubierto por Giovanni Battista Hodierna en 1.654, redescubierto por Le Gentil en 1749 de forma independiente, e incluido por Messier en el catálogo de objetos molestos el 16 de enero de 1.765, M41 ya fue probablemente avistado por Aristóteles el 325 a.C., pues el cúmulo se deja ver sin ayuda óptica en buenas condiciones de cielos oscuros y ausencia de contaminación, tanto ambiental como lumínica, muy cerca de la brillante Sirio, como veremos enseguida. Es por tanto el objeto más débil entre los registrados en la Antigüedad. Ofrece una magnitud visual conjunta de +4.5 y es un objeto bastante joven, pues su edad se ha estimado entre 190 y 240 millones de años.

M41 es bastante amplio, pues su diámetro real es de unos 25 años-luz, pero situado a 2.350 años-luz del Sistema Solar, hace que lo veamos con un tamaño aparente de 38 minutos de arco, algo mayor que la Luna llena. Contiene unos 100 miembros, entre los que destaca una gigante anaranjada muy cerca del centro, de tipo espectral K3 y magnitud +6.9, unas 700 veces más luminosa que el Sol. Otras estrellas azules, blancas, amarillas, anaranjadas y rojas completan una deliciosa visión. La gigante azul que aparece en la esquina inferior izquierda de la imagen de arriba es 12 CMa, y no pertenece al cúmulo, pues está mucho más cerca.

Es muy fácil localizar a M41. Basta con enfocar a Sirio, y desplazarse sólo 4º hacia el sur, y allí lo encontrará prácticamente en el centro de su ocular. Sin embargo unos binoculares de 10×50 ya serán suficientes para resolver algunas de las estrellas del cúmulo.

La Nebulosa de la Gaviota es una de las más bonitas del cielo. Está formada por dos objetos bien diferenciados: NGC 2327 forma la cabeza del ave, mientras IC 2177 constituye el resto del cuerpo y las alas del animal, y su tamaño es inmenso: mide unos 250 años-luz. Se localiza a 7.5 grados al noreste de Sirio, en dirección a M50, justo en el límite entre las constelaciones de Canis Major y Monoceros (el Unicornio), a 3.800 años-luz del Sistema Solar. Es una gran nube de gas y polvo que ocupa en el cielo un espacio de 4 x 3 grados.

El Casco de Thor (NGC 2359) es una espectacular nebulosa de emisión, muy cercana en la línea visual a la nebulosa de la Gaviota, pero que está cuatro veces más alejada del Sistema Solar, a unos 15.000 años-luz. También conocida como Nebulosa del Pato, tiene una característica forma de Q, con una burbuja originada por una estrella de Wolf-Rayet central, esto es, una estrella muy masiva, caliente y evolucionada, que despide fortísimos vientos estelares que hacen que la materia circundante tome esa forma. La estrella tiene magnitud visual de +11.4 y la nebulosa, en su conjunto, +9.0. El material expulsado más allá le confiere el aspecto de un casco vikingo. Ocupa en el cielo un ángulo de 8′ de diámetro, aunque la nebulosa en realidad mide unos 50 años-luz de un extremo a otro.

(Pulse sobre la imagen)

NGC 2207 e IC 2163 se encuentran a 3.5º de Mirzam, en dirección suroeste. Son dos galaxias espirales en una temprana fase de colisión. Tienen magnitud visual +11.0, y se sitúan a 110 millones de años-luz de la Tierra. Ahí al lado.

Un equipo internacional de astrónomos, por último, halló en el año 2.003 a la Galaxia Enana del Can Mayor, que resulta ser la más cercana a la Vía Láctea. Tan es así, que está siendo devorada por esta última y ya se encuentra bastante degradada. El influjo de nuestra galaxia ha hecho formar filamentos de estrellas que nos rodean. Situada a sólo 42.000 años-luz del centro galáctico y a 25.000 años-luz de nosotros, su existencia fue ignorada hasta hace bien poco, pues se encuentra camuflada tras el plano de la Vía Láctea.

Mitología

Mitológicamente, y como no podía ser de otra forma, Canis Major está íntimamente relacionado con Sirio, su estrella principal y la más notable de todo el cielo. Para la civilización egipcia, la primera aparición en la madrugada tras seis meses de ausencia en los cielos (orto helíaco) coincidía con la crecida del Nilo, y la consiguiente fertilización de las tierras de cultivo, constituyéndose de esa forma en fuente de riqueza para los egipcios. Así, Sirio fue venerado primero como Anubis, el dios con cabeza de chacal, y más tarde como Isis. Ha sido identificado con el can Cerbero, guardián de los infiernos, lo que resulta coherente con la adoración de Anubis, pues éste era el dios de la necrópolis, directamente relacionado con Osiris.

Sirio fue también asociado con los días de mayor calor, la Canícula, pues se pensaba que al desaparecer en los meses centrales del año sumaba su calor al del Sol para así originar los días más crudos del verano.

Canis Major se identifica asimismo con uno de los dos perros del gigante cazador Orión, junto con Canis Minor. Orión pidió a Zeus que pusiera a sus perros junto a él, y por eso siempre lo siguen en su desplazamiento por el cielo, tratando de cazar a Lepus (la Liebre).

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